“JESUS ENSEÑA:
La nueva doctrina
del Reino de
Dios”
Marcos 10:35-45
8:22 – 10:45: UN RESUMEN.
Los discípulos están
viajando con Jesús en su camino a Jerusalén. Al comenzar el viaje, Jesús sanó
un ciego que “fue restablecido, y vio de lejos y claramente á todos” (8:22-26).
Durante el viaje, los discípulos de Jesús no parecían ver claramente.
Tres veces Jesús
predijo su muerte inminente: - Después
de la primera predicción, Pedro le reclamó (8:31-33), solo para ser reclamado
él también. Jesús procedió a enseñar a la multitud y a los discípulos,
“niéguese á sí mismo, y tome su cruz, y sígame)” (8:34). - Después de la segunda predicción, los
discípulos discutieron acerca de cuál de ellos era el mejor (9:34), después de
eso, Jesús les enseñó que “Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de
todos, y el servidor de todos” (9:35). -
Entre la segunda y tercera predicción, Jesús les dice a los discípulos, “Empero
muchos primeros serán postreros, y postreros primeros” (10:31). - Ahora, Jesús predice su muerte una tercera
vez, diciendo: “He aquí subimos á Jerusalén, y el Hijo del hombre será
entregado á los príncipes de los sacerdotes, y á los escribas, y le condenarán
á muerte, y le entregarán á los Gentiles: Y le escarnecerán, y le azotarán, y
escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará” (Marcos 10:33-34).
Ignorando por completo lo que Jesús ha dicho, Jacobo y Juan piden a Jesús un
asiento preferido “en tu gloria” (10:37). Jesús entonces les dice a los
discípulos, “Y cualquiera de vosotros que quisiere hacerse el primero, será
siervo de todos” (10:44) – después, Jesús lleva a cabo su propio sacrificio
como modelo para todo discípulo (10:45).
Sin embargo, después
de cada predicción, los discípulos continúan sin comprender la predicción de la
pasión ni la enseñanza de Jesús acerca el discipulado. Jesús es un Mesías tan
diferente al esperado que simplemente no “lo entienden.” Parece
que sus ojos espirituales han estado fijados en un lugar tanto tiempo que,
ahora que el mesías se encuentra a su alrededor, no pueden enfocar sus ojos
para verle claramente.
Siguiendo esta
historia de Jacobo y Juan, Jesús sanará otro hombre ciego que “cobró la vista,
y seguía á Jesús en el camino” (10:46-52). Las historias de los ciegos que
recobran la vista sirven para marcar alrededor de las historias de discípulos
que no pueden ver. Mientras que los doce discípulos fallan en ver, Marcos
señala a Pedro, Jacobo, y Juan, el círculo íntimo, para hacer una nota especial
(8:31-33; 10:35-40).
Pedro seguramente fue
una de las fuentes de Marcos para las historias en este Evangelio, y puede
haber sido la fuente de esta historia. Como uno de los Tres Grandes (Pedro,
Jacobo, y Juan – privilegiados por haber estado con Jesús en la Transfiguración
y en Getsemaní), estaría muy al tanto del intento de Jacobo y Juan para
empujarle a un lado – para disminuir los Tres Grandes a los Dos Grandes.
VERSÍCULOS 35-40: DANOS QUE EN TU GLORIA NOS SENTEMOS A TU DIESTRA Y
SINIESTRA.
Entonces
Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos
que nos hagas lo que pidiéremos.
El les dijo: ¿Qué queréis que
os haga?
Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu
derecha, y el otro a tu izquierda.
Entonces Jesús les dijo: No
sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con
el bautismo con que yo soy bautizado?
Ellos dijeron: Podemos. Jesús
les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que
yo soy bautizado, seréis bautizados;
pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino
a aquellos para quienes está preparado.
a) “Entonces Jacobo y
Juan, hijos de Zebedeo” (v. 35a). Pedro, Jacobo, y Juan son el círculo
íntimo de Jesús. En varias ocasiones, incluyendo la Transfiguración (9:2-8) y
en el Jardín de Getsemaní (14:32-42), Jesús hizo que estos tres le acompañaran,
excluyendo a los demás discípulos.
b) “Maestro, querríamos
que nos hagas lo que pidiéremos” (v. 35b). Todo padre ha oído, “¿Puedes
hacer algo para mí?” – y un padre sabio determina qué es lo que se pide antes
de acceder. La manera en que Jacobo y Juan presentan su pedido refleja que
tienen sus dudas sobre ello.
c) “¿Qué queréis que os
haga?” (v. 36). Ésta es la misma pregunta que Jesús pregunta al ciego Bartimeo
más tarde en este capítulo (10:51). Bartimeo responde pidiéndole a Jesús que
restaure su vista, y Jesús lo hace. Bartimeo entonces sigue a Jesús “en el
camino” (10:52). Como se anota arriba, la vista restaurada de Bartimeo se
contrasta dramáticamente con los ojos ciegos de los discípulos que han estado
siguiéndole todo el tiempo.
d) “Danos que en tu
gloria nos sentemos el uno á tu diestra, y el otro á tu siniestra” (v. 37). Recuerde
que Jesús les acaba de decir a los discípulos que va a Jerusalén a morir
(10:33-34). Más tarde, los discípulos llegarán a comprender la “gloria” de
Jesús como algo que tiene que ver con su Pasión.
e) Algunos eruditos ven
versículo 31 como una reclamación implícita hacia Pedro y creen que Jacobo y
Juan están utilizando esta reclamación como oportunidad de ganar ventaja sobre
Pedro, el tercer miembro del círculo íntimo de Jesús (France, 414). Cualquiera
que sea su motivación, está claro que estos hermanos – los Hijos del Trueno
(3:17) – están buscando los dos puestos de honor más altos y no hay espacio en
su plan para incluir a Pedro.
f) “Danos que en tu
gloria nos sentemos” (v. 37a). En ese tiempo y lugar la gente generalmente se reclinaba en
sofás alrededor de una mesa baja para comer en banquetes o festines. Cuando
Jacobo y Juan piden sentarse al lado derecho e izquierdo de Jesús en su gloria,
se están imaginando a Jesús como un rey sentado en una mesa con sus principales
consejeros a su mano derecha e izquierda.
g) Nos es difícil
imaginar como es que Jacobo y Juan pueden ser tan densos – tan descuidados. Su
intención está equivocada porque “están pidiéndole a Jesús que quepa en sus
planes” en vez de intentar ellos caber en el plan de Jesús (Luccock, 812).
Jacobo y Juan no solo han fallado en oír la predicción de Jesús sobre su muerte
inminente, pero también consideran este viaje a Jerusalén como una marcha
mesiánica a la ciudad para restaurarle su previa gloria davídica y para que
Jesús pueda tomar el trono davídico.
h) Sería difícil para
nosotros comprender como Jacobo y Juan podrían fallar en oír la clara
predicción de Jesús sobre su pasión – excepto que hoy vemos como cristianos
oyen lo que quieren oír en lugar de escuchar las palabras de Jesús en cuanto a
llevar una cruz: - En el Evangelio de la
Prosperidad, con su apelación a creer y enriquecerse, enseña que Jesús quiere
que prosperemos – que vayamos en primera – que llevemos un Rolex y conduzcamos
un Mercedes. ¿Cómo es posible que alguien malentienda tanto a Jesús? ¿Cómo pueden
fallar en oír su enseñanza sobre la cruz, servicio y sacrificio? - Si examinamos nuestras propias oraciones,
encontraremos mucho que se paralela al pedido de estos dos hermanos. ¿Es el
énfasis de nuestras oraciones adorar y alabar? ¿Dar gracias? ¿La confesión?
Para la mayoría de nosotros, la oración consiste principalmente de pedir –
Señor, dame esto y Señor, dame eso. Nuestras oraciones no son tan diferentes de
este pedido de Jacobo y Juan.
i) Vale la pena anotar
que Mateo y Lucas relatan que Jesús dijo, “De cierto os digo, que vosotros que
me habéis seguido, en la regeneración, cuando se sentará el Hijo del hombre en
el trono de su gloria, vosotros también os sentaréis sobre doce tronos, para
juzgar á las doce tribus de Israel” (Mateo 19:28; Lucas 22:28-30). “Estas
declaraciones nacen del entendimiento de Jesús de Daniel… las doce tribus serán
gobernadas por los doce discípulos, mientras que Jesús mismo en el Espíritu de
Salmo 110:1 compartirá el trono de su Padre” (Evans, 116).
j) Jesús no reclama a
Jacobo y Juan. En vez, “les acepta como son, pero firmemente les señala en una
nueva dirección, en la misma dirección en que él va” (Williamson, 193).
k) “¿Podéis beber del
vaso que yo bebo, ó ser bautizados del bautismo de que yo soy bautizado?” (v. 38). En el
Antiguo Testamento, “vaso” puede referirse a bendiciones, juicio, o muerte.
“Aquí, parece referirse no solo a la muerte pero a una muerte dolorosa e
inoportuna. Un uso similar de la metáfora vuelve a ocurrir en 14:36, donde
Jesús reza, ‘traspasa de mí este vaso’” (Hare, 129). El vaso pronto llegará a
representar “mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada” (14:24).
l) “Podemos” (v. 39a). Jacobo y
Juan saben que Jesús les ha retado, y ellos recogen el guante – aceptan el reto
– sin entender las consecuencias. Más tarde, cuando Jesús es arrestado, no
serán tan valientes. Marcos nos dice, “dejándole todos sus discípulos, huyeron” (14:50).
m) “A la verdad, del
vaso que yo bebo, beberéis; y del bautismo de que soy bautizado, seréis
bautizados” (v. 39b). Alejado de la verdad es que Jesús prediga el martirio para
estos hermanos. Sus palabras también tienen sentido si señalan a la persecución
en vez de la muerte. Barclay dice que el verbo griego baptizein
significa zambullir o sumergir, y no siempre se refiere al agua. Por ejemplo,
una persona en luto se podría describir como sumergida en tristeza.
n) - “Lo que Jesús está
diciendo es, ‘¿Soportarás la terrible experiencia por la que yo he de pasar?
¿Aguantarás al enfrentarte con el odio y el dolor y la muerte que yo he de
enfrentar?’” (Barclay, 265).
o) - “El bautizo es una
plena identificación con la muerte y resurrección de Jesús (Romanos 6:3-4). El
vaso compartido en comunión cristiana regularmente representa participación en
la muerte de Jesús y en la celebración de la nueva vida que su muerte hizo
posible (1 Corintios 10:16-17; 11:23-26)” (Geddert, 250).
p) Santiago fue, por
cierto, martirizado por Herodes de Agripa – “matado con la espada” en vez de
crucificado (Hechos 12:2). El destino de Juan es menos seguro. Por lo menos una
fuente relata su martirio, pero otra relata su muerte en Efesio ya en una
anciana edad. Hechos 4 relata su arresto en Jerusalén. Martirizado o no,
podemos dar por hecho que la suya no fue una vida fácil.
q) Irónicamente, los
hombres que ocuparán el lado derecho e izquierdo de Jesús serán los dos
ladrones en Gólgota (Mateo 27:38; Marcos 15:27; Lucas 23:32; Juan 19:18).
VERSÍCULOS 41-44: CUALQUIERA QUE QUISIERA SER GRANDE SERÁ SERVIDOR.
Cuando lo
oyeron los diez, comenzaron a enojarse contra Jacobo y contra Juan.
Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por
gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre
ellas potestad.
Pero no será así entre
vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro
servidor,
y el que de vosotros quiera ser
el primero, será siervo de todos.
a) “Y como lo oyeron los
diez, comenzaron á enojarse de Jacobo y de Juan” (v. 41). No hay
razón para creer que los demás discípulos se enojaron a causa de la falta de consideración
de Jacobo y Juan hacia la situación de Jesús. Con la segunda predicción de la
pasión, los discípulos respondieron discutiendo entre ellos cuál era el más
grande (9:33-37). Ahora, están ofendidos porque están compitiendo para lugares
de honor, y Jacobo y Juan están intentando robar el premio debajo de sus
narices.
b) “Sabéis que los que
se ven ser príncipes entre las gentes, se enseñorean de ellas, y los que entre
ellas son grandes, tienen sobre ellas potestad” (v. 42). Jesús no
reclama a Jacobo y Juan y tampoco reclama a los doce. En vez, utiliza su
comportamiento como base de enseñanza. Podemos estar seguros que tiene la
completa atención de los discípulos. Jacobo y Juan deben estar avergonzados al
ver descubierta su cruda ambición. Los demás discípulos están indignados, y
escucharán con cuidado para asegurarse de que Jesús aclare la situación. En
vez, Jesús les instruye sobre el reino de Dios – sus reglas – como funciona.
c) “antes cualquiera que
quisiere hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor (diakonos). Y
cualquiera de vosotros que quisiere hacerse el primero, será siervo (doulos)
de todos” (vv. 43-44). Como siempre, Jesús le da la vuelta a nuestro
mundo al presentar las “leyes de la carretera” para el reino de Dios
(versículos 42-44). Leyes del Reino son completamente diferentes a las leyes de
este mundo – es más, son todo lo contrario. Los que viven según las leyes de
este mundo honran poder. Líderes poderosos son a menudo egoístas, tiranos simples
que tratan mal a sus súbditos.
d) En el reino de Dios,
los honores serán para los que sirven (griego: diakonos – los que
limpian las mesas) en vez de aquéllos que requieren el servicio de otros. El
primer premio irá al “siervo de todos” – “un ironía, para un esclavo (griego: doulos),
inferior aún a un sirviente (griego: diakonos), que en la antigua
sociedad era el último y más pequeño de todos. La idea de un esclavo siendo el
primero es una paradoja tan absurda como la de un camello pasando por el ojo de
una aguja (v. 25)” (Edwards, 326).
e) “siervo de todos” (v. 44). Un esclavo
típicamente sirve a solo un amo. En otro lugar Jesús dice, “Ningún siervo puede
servir á dos señores; porque ó aborrecerá al uno y amará al otro, ó se allegará
al uno y menospreciará al otro” (Lucas 16:13). Sin embargo un esclavo,
siguiendo las órdenes del amo, serviría a todos en la casa – al hacer esto,
servía un solo amo. Cristo clama que sirvamos a todos – que nos hagamos siervos
de todos. Al hacer esto, servimos un solo amo – Cristo.
f) “El trasfondo del
Antiguo Testamento que describe el concepto de Jesús acerca liderazgo por medio
de servicio se encuentra mejor en las Canciones del Sirviente en Isaías Dos
(42:1-9; 49:1-7; 50:4-9; 52:13 – 53:12)” (Donahue y Harrington, 315). “El punto
es que el camino a la ‘gloria’ atraviesa el valle de sufrimiento y muerte”
(Brueggemann, 555).
g) Debemos tener cuidado
de no juzgar a los discípulos demasiado por su falta de comprensión. Tenemos la
ventaja de una multitud de historias en los Evangelios que nos enseñan a honrar
servició en vez de poder, pero a menudo fallamos en hacerlo. Estamos
ensimismados con estrellas de Hollywood y conocidos atletas, aunque muchos de
ellos utilicen influencia considerable para promover violencia, sexo ilícito,
drogas, y vulgaridades. Envidiamos a jefes de corporaciones que se enriquecen
aumentando ganancias a corto lazo, a menudo causando bajas de trabajadores – y
que, cuando sus acciones producen la ruina a largo plazo, se escapan,
protegidos por sus paracaídas dorados. Elegimos políticos que venden sus almas
a intereses especiales y que pasan sus vidas encubriendo la verdad para
preservar sus intereses.
h) Jesús nos llama hacia
una ética diferente, diciéndonos que Dios honra servicio en lugar de poder. Nos
reta a comenzar a vivir por las Leyes del Reino aquí y ahora. Esto es difícil
de vender – y una lección que la iglesia debe volver a aprender continuamente.
“El impulso de la preferencia se podría llamar el primer enemigo de la iglesia
cristiana” (Luccock, 816). Cada denominación, congregación y pastor está
tentado a cuidar a Numero Uno primero en vez de servir las necesidades del
reino. Estamos tentados por grandes títulos, vestimentas, e iglesias – tentados
a predicar la palabra que vende en vez de la palabra de la fe. Ambición
personal no comenzó con Jacobo y Juan, ni terminará con ellos.
VERSÍCULO 45: EL HIJO DEL HOMBRE NO VINO PARA SER SERVIDO, MAS
PARA SERVIR
45Porque el Hijo del
hombre tampoco vino para ser servido, mas para servir, y dar su vida en rescate
por muchos.
a) Jesús no requiere más
de lo que él está dispuesto a dar. Modeló servicio y sacrificio desde la cuna
hasta la tumba. Mientras en la forma de Dios, “se anonadó á sí mismo, tomando
forma de siervo, hecho semejante á los hombres; Y hallado en la condición como
hombre, se humilló á sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz” (Filipenses 2:5-8). Ambos la Encarnación y la Crucifixión son obras de
gran servicio y sacrificio.
b) “en rescate por
muchos”(v. 45). Jesús dijo a los discípulos que debía morir, y ahora les dice
por qué. La palabra “rescate” se encuentra en ambos testamentos, y se refiere a
un pago hecho a cambio de la libertad de un prisionero o la liberación de un
esclavo. El pueblo judío está acostumbrado a un sistema de sacrificio en que
animales sirven de sacrificio para la expiación de los pecados de la gente.
Ahora Jesús dice que dará su vida para rescatar a muchos. En estas pocas
palabras, presenta una teología de expiación. “El vaso que Jesús debe beber se
refiere al castigo divino por pecados que él carga en lugar de los culpables (cf.
10:45; 14:24)” (Lane, 380).
c) Jesús muestra
servicio y sacrificio para sus discípulos, pero él logra algo que los
discípulos no pueden lograr. Solo Jesús puede servir de rescate para muchos.
Jesús tiene un papel único en el plan de salvación.
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BIBLIOGRAFÍA:
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Press, 1954)
Brooks, James A, The New American Commentary: Mark (Nashville:
Broadman Press, 1991)
Brueggemann, Walter; Cousar, Charles B.; Gaventa, Beverly R.; and
Newsome, James D., Texts for Preaching: A Lectionary Commentary Based on the
NRSV –– Year B (Louisville: Westminster John Knox Press, 1993)
Craddock, Fred B.; Hayes, John H.; Holladay, Carl R.; Tucker, Gene M., Preaching
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1993)
Donahue, John R. and Harrington, Daniel J., Sacra Pagina: The Gospel
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Edwards, James R., The Gospel According to Mark (Grand Rapids:
William B. Eerdmans Publishing Co., 2002)
Evans, Craig A., Word Biblical Commentary: Mark 8:27 –– 16:20
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France, R.T., The New International Greek Testament Commentary: The
Gospel of Mark (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 2002)
Geddert, Timothy J., Believers Church Bible Commentary: Mark
(Scottdale, PA: Herald Press, 2001)
Grant, Frederick C. and Luccock, Halford E., The Interpreter's Bible,
Vol. 7 (Nashville: Abingdon, 1951)
Hare, Douglas R. A., Westminster Bible Companion: Mark (Louisville:
Westminster John Knox Press, 1996)