“EL PEQUEÑO
APOCALIPSIS”
“La Segunda
venida del Señor”
“PAROUSIA”
Mar 13:24 Pero en aquellos días, después de aquella
tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor,
Mar 13:25 y las estrellas caerán del cielo, y las
potencias que están en los cielos serán conmovidas.
Mar 13:26 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá
en las nubes con gran poder y gloria.
Mar 13:27 Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a
sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el
extremo del cielo.
Mar 13:28 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya
su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
Mar 13:29 Así también vosotros, cuando veáis que
suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
Mar 13:30 De cierto os digo, que no pasará esta
generación hasta que todo esto acontezca.
Mar 13:31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis
palabras no pasarán.
Mar 13:32 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni
aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.
Lecturas: Dn.
12: 1-3; Hebreos 10: 11-18;
San Marcos 13: 24-32.
Marcos 13:24-37
EL CONTEXTO: CAPÍTULO 13.
A este capítulo frecuentemente
se la llama el Pequeño Apocalipsis, basado en su parecido con el Gran
Apocalipsis de la Revelación de Juan.
La literatura apocalíptica
parece que se escribió en código y es bastante extraña, pero nos ayuda entender
sus raíces. Apocalipsis significa develar una revelación. La literatura
apocalíptica típicamente surge de tiempos difíciles. Por ejemplo, el libro de
Daniel proviene de la era (165 a.C.) cuando Antíoco Epifanes profanó el altar
del templo y trató de imponer prácticas religiosas paganas a los judíos. El
libro del Apocalipsis surge en la era (95 d.C.) cuando estaban siendo
perseguidos porque rehusaron adorar al emperador.
La literatura apocalíptica
tiende a reflejar un fuerte dualismo: el bien en contra del mal. Presenta
dramáticas visiones llenas de símbolos – números, colores, y animales – códigos
que deben ser explicados o interpretados. Ve al tiempo, no como algo cíclico
(como lo veían los griegos), sino como un movimiento linear que se dirige hacia
el juicio final de Dios. Considera los problemas presentes como golpes que
llevarán a la consumación final del reino de Dios. Mantiene la esperanza para
los creyentes.
El capítulo 13 de Marcos
comienza con un comentario hecho por uno de los discípulos sobre el templo de
Jerusalén: “Maestro mira qué piedras y qué edificios” (v.1). Jesús responde
prediciendo la destrucción del templo (v. 2). El templo había sido el centro
del culto y vida judíos, pero no lo sería por mucho tiempo más. El nuevo centro
del culto y la vida sería el Hijo del Hombre.
Pedro, Jacobo, Juan y Andrés
(el círculo íntimo además de Andrés) preguntan “¿Cuándo serán estas cosas? ¿Y
qué señal habrá cuando todas estas cosas han de cumplirse?” Jesús responde con
un largo discurso. Lidia con la pregunta del “cuándo” diciendo “Empero de aquel
día y de la hora, nadie sabe; ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el
Hijo, sino el Padre. Mirad, velad y orad: porque no sabéis cuándo será el
tiempo” (vv. 32-33). Lidia con la pregunta sobre las “señales” hablando de
falsos mesías y falsos profetas (v. 6, 22), guerras y rumores de guerras (v.
7), terremotos y hambrunas (v. 8), persecución (v. 9), traición entre miembros
de la familia (v. 12), de la abominación desoladora (v. 14), el oscurecimiento
del sol y la luna (v. 24), y la caída de las estrellas (v. 15).
Jesús mencionará la destrucción
del templo dos veces más: durante su juicio (13:2) y al estar sobre la cruz
(15:29). La predicción de la destrucción del templo marca “el final del
ministerio de Jerusalén y la descalificación final del Templo como el punto
central del Reino de Dios” (Williamson, 236).
Cuando se escribió este
Evangelio, los cristianos estaban experimentando persecución. “Jerusalén y el
templo estaban en ruinas. La lucha civil había sobrevivido a la paciencia
romana, y las amenazas del emperador Calígula (39-40, d.C) ahora se llevaban a
cabo (70, d.C). (Los cristianos estaban separados por asuntos de fe. Los falsos
mesías estaban sembrando confusión). Los fieles estaban entre darse a la
desesperación o aferrarse a cualquier soga vacilantemente” (Craddock, 7).
En respuesta, el capítulo 13
presenta la promesa de Jesús de que el tiempo se está moviendo en dirección
hacia el regreso del Hijo del Hombre, que reunirá a todo el pueblo y arreglará
todas las cosas.
La iglesia actual está dividida
entre los cristianos que están esperando con ansiedad el regreso del Hijo del
Hombre y los cristianos que ignoran este aspecto de la enseñanza de Jesús
completamente. Los cristianos frecuentemente son avergonzados por calcomanías
en las defensas o parachoques de automóviles que advierten que el carro se
quedará sin conductor en caso de que ocurra el rapto. También somos
avergonzados por caricaturas que hombres fuera de sí (siempre tienen que ser
hombre) llevando letreros que dicen “¡ARREPIÉNTANSE!” A pesar de ello,
necesitamos tomar seriamente las palabras de Jesús en Marcos 13 tal como
tomamos las palabras de Jesús en cualquier otro lado. La promesa es que Dios ha
preparado algo maravilloso más allá de nuestro mundo y tiempo. ¿Acaso eso es
más difícil de creer que la resurrección?
Los cristianos que ignoran el
regreso de Cristo “han permitido que la alegría se escape de su religión… (la
humanidad) ha intercambiado su augusta fe en la próxima acción de Dios por una
fe de cielo de plástico que viene de una fábrica… ¡Qué cambio! ¡El cielo por la
tierra! ¡Dios por chucherías, el regreso de Cristo en la vida de la iglesia por
la venida de un paraíso de un vendedor de la calle!” (Luccock, 863-864).
VERSÍCULOS 24-27:
24Empero en aquellos días,
después de aquella aflicción, el sol se obscurecerá, y la luna no dará su
resplandor; 25Y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes que están en los
cielos serán conmovidas; 26Y entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en
las nubes con mucha potestad y gloria. 27Y entonces enviará sus ángeles, y
juntará sus escogidos de los cuatro vientos, desde el cabo de la tierra hasta
el cabo del cielo.
a) El Antiguo Testamento provee
muchas de las imágenes de estos versículos. Los ejemplos incluyen: “Delante
de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos: el sol y la luna se
oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor” (Joel 2:10). “…Jehová
también volverá tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y tornará á
recogerte de todos los pueblos á los cuales te hubiere esparcido Jehová tu
Dios” (Deuteronomio 30:3). “Por lo cual las estrellas de los cielos y
sus luceros no derramarán su lumbre; y el sol se oscurecerá en naciendo, y la
luna no echará su resplandor” (Isaías 13:10). “Y todo el ejército de los
cielos se corromperá, y plegarse han los cielos como un libro: y caerá todo su
ejército, como se cae la hoja de la parra, y como se cae la de la higuera”
(Isaías 34:4). “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí en las nubes
del cielo como un hijo de hombre que venía, y llegó hasta el Anciano de grande
edad, é hiciéronle llegar delante de él” (Daniel 7:13).
b) “La razón para tantas referencias bíblicas no
es difícil de localizar: el autor se apoya en imágenes apocalípticas
tradicionales para subrayar la crisis que se cierne cuando el Hijo del Hombre
regresa… La profecía del Hijo del Hombre viene de Daniel 7:13 y se repite en
Marcos 14:62, en el juicio de Jesús al estar delante del sumo sacerdote”
(Brueggemann, 8-9).
c) “En el tiempo de Marcos… se
pensaba que las estrellas eran poderes celestiales que influían en la vida
human. Al final del tiempo esos poderes, reales e imaginarios, serían
destruidos. La imagen es de un colapso cósmico total. Las tinieblas y el caos
envolverían todo, tal como al principio del tiempo (Génesis 1:2)” (Edwards,
403). “Y entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en las nubes con mucha
potestad y gloria” (v. 26). Los poderes cósmicos desaparecerán, y el poder
divino reinará.
d) Aunque las imágenes provocan
miedo, su intención es alentar a los cristianos que están viviendo en tiempos
de terror. Reconoce la realidad de su sufrimiento y sacrificio, y promete que: –– el Espíritu Santo les dará las palabras
que necesitan decir (v. 11). –– “el que
persevere hasta el fin, éste será salvo” (v. 13). –– el Hijo del Hombre “juntará sus escogidos
de los cuatro vientos, desde el cabo de la tierra hasta el cabo del cielo” (v.
27). Los judíos creían que Dios reuniría a los fieles en Jerusalén de todas las
naciones a donde habían sido dispersados (ver Deuteronomio 30:4; Isaías 11:11;
43:6). Su dispersión representa “la pérdida de la unidad nacional… como
consecuencia de su infidelidad a Dios; (ser reunidos una vez más) anuncia la
salvación de Israel por el retorno de la unidad espiritual y nacional” (Lane,
476). Ahora, con Jerusalén y el templo desaparecidos, el Hijo del Hombre reúne
a los fieles a su alrededor, se convierte en el nuevo templo de Dios.
e) Aunque esto es alentador,
también es demandante. Jesús le da un gran premio al discipulado fiel en medio
de las terribles pruebas que pasan. Él nos llama a ser constante y a ser
vigilantes.
VERSÍCULOS 28-31: MIS PALABRAS NO PASARÁN.
28De la higuera aprended la
semejanza: Cuando su rama ya se enternece, y brota hojas, conocéis que el
verano está cerca: 29Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas,
conoced que está cerca, á las puertas. 30De cierto os digo que no pasará esta
generación, que todas estas cosas no sean hechas. 31El cielo y la tierra
pasarán, mas mis palabras no pasarán.
a) Esta es una de dos parábolas
que se incluyen en este pasaje del Evangelio. La segunda mini-parábola es la
del hombre que se va de viaje (vv. 34-36).
b) Los discípulos pidieron una
señal (v. 4), y Jesús finalmente da respuesta a esta petición. La mayoría de
los árboles en esa parte del mundo siempre están verdes, pero el árbol de olivo
y la higuera son deciduos. El árbol de olivo florece temprano, así que no se
puede confiar en él como heraldo del verano. La higuera, sin embargo, florece
tarde, así que al florecer promete que el verano ya está a la vuelta de la esquina.
Si esta escena toma lugar cerca de la Pascua, como parece ser, Jesús podría
estar señalando a una higuera floreciente al decir estas palabras.
c) Un poco antes, Jesús maldijo
una higuera (11:12-14), purificó el templo (11:15-19), y les dio a los discípulos
una lección sobre el poder de la fe de la higuera que se secó (11:20-24). La
higuera en el capítulo 13, sin embargo, no se seca, sino que florece, que es
una señal de esperanza. Podríamos pensar en el árbol seco como la religión seca
del templo que pronto sería destruida, pero la higuera floreciente es el Hijo
del Hombre, que trae nueva vida al fiel (Jensen).
d) Cuando Jesús comenta sobre la
higuera, y aunque esto suena misterioso, simplemente nos asegura que, al ver
que esto ocurre, “se nos asegura que el día de la salvación para los electos
está cerca” (Perkins, 693).
e) El versículo 30 ha generado
mucha discusión. “De cierto os digo” nos indica la seriedad de las palabras que
siguen. “…que no pasará esta generación, que todas estas cosas no sean hechas”.
Parece que Jesús está diciendo que el Hijo del Hombre regresará en los próximos
siguientes años o, al menos, en las próximas siguientes décadas. Esto es
problemático porque el Hijo del Hombre no llegó de la manera y tiempo esperado,
y sigue sin regresar dos mil años después. Han existido varios intentos para
resolver este problema.
f) –– Algunos estudiosos sugieren
que “esta generación” significa pueblo judío o humanidad en general, pero la
mayoría rechaza esta posición. Por una cosa, lleva “esta generación” más allá
de su significado aparente. Por otra cosa, lleva a una tercera conclusión: que
la humanidad seguirá estando presente cuando el Hijo del Hombe llegue.
g) –– Otros estudiosos sugieren
que “todas estas cosas” se refiere a la destrucción del templo más que a la
llegada del Hijo del Hombre. Si fuera así, entonces la profecía se hubiera
cumplido. El templo fue destruido en el año 70 d. C.
h) –– Geddert dice que deberíamos leer el
versículo 30 de la siguiente manera: “En la presente generación, todos los eventos
que son garantizados que precederían la llegada del Hijo del Hombre (incluyendo
la profanación y destrucción del templo) serían cumplidas. Si la historia
ordinaria continuara después de eso (y de esto no hay garantía), entonces cada
minuto deberíamos contar la posible llegada del Hijo del Hombre. Está a las
puertas”. En otras palabras, acepta la idea que “toda estas cosas” se refiere a
la caída de Jerusalén y el templo. Entonces sugiere que, una vez que el templo
fue destruido, el regreso de Cristo se hizo inminente, en el sentido de que no
habría más advertencias o señales. Cristo puede venir cualquier día.
i)
–– Hare comenta, “que la profecía no se cumpliera… debe tomarse como una
señal de la gracia. La paciencia de Dios se ha extendido con el tiempo durante
el cual el evangelio puede ser proclamado y la gente puede arrepentirse” (Hare,
178).
j)
–– Jensen dice, “…mucho de ‘todas estas cosas no sean hechas’, de hecho,
le pasó Jesús mismo. Jesús mismo aparece ante el Sanedrín y el gobernador.
Judas, de los cercanos a Jesús y ‘hermano’, entrega a Jesús a su muerte. El sol
se convirtió en tinieblas mientras Jesús colgaba de la cruz” (Jensen).
k) Lo único que podemos decir con
certeza es que no existe un acuerdo entre los estudiosos sobre este asunto.
Sería bueno que el predicador tenga su propia opinión en caso de que se le
pregunte, pero no se servirá a ningún propósito criticando este asunto en un
sermón.
l)
“El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán” (v. 31).
Esto se deriva de Isaías 51:6 (“porque los cielos serán desechos como humo, y
la tierra se envejecerá como ropa de vestir”) y 40:8 (“mas la palabra del Dios
nuestro permanece para siempre”). Es un clamor atrevido, pero que ha aguantado
la prueba de la historia. Los reinos se levantan y caen – el conocimiento se
agranda exponencialmente – los tiranos usan zanahorias para seducir a los
cristianos para que se alejen de su Señor y palos para perseguir a quienes no
se dejan seducir; pero la gente de todos los ámbitos de la vida y de todos
lados (en el mar y el cielo) siguen viendo a Jesús como Señor.
VERSÍCULOS 32-37: ¡VELAD!
32Empero de aquel día y de la
hora, nadie sabe; ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el
Padre. 33Mirad, velad y orad: porque no sabéis cuándo será el tiempo. 34Como el
hombre que partiéndose lejos, dejó su casa, y dio facultad á sus siervos, y á
cada uno su obra, y al portero mandó que velase: 35Velad pues, porque no sabéis
cuándo el señor de la casa vendrá; si á la tarde, ó á la media noche, ó al
canto del gallo, ó á la mañana; 36Porque cuando viniere de repente, no os halle
durmiendo. 37Y las cosas que á vosotros digo, á todos las dijo: Velad.
a) En el versículo 30 Jesús parece
clamar que el Hijo del Hombre viene pronto, pero en el versículo 32, dice que
el Hijo no sabe ni el día ni la hora. Algunos creen que esto es inconsistente,
pero es posible que una persona conozca un marco de tiempo general pero no
exactamente un día y una hora.
b) “Mirad, velad” (v. 33).
“Alguien ha dicho que el peor ‘ismo’ en el mundo no es el fascismo o comunismo,
sino el sonambulismo “(Luccock, 865). En el ejército romano, un guardia podía
ser ejecutado por quedarse dormido durante su guardia. Aunque esto suena (y es)
duro, refleja una dura realidad. Un guardia dormido permite al enemigo la
libertad de romper las defensas y matar a todos. Estar alerta espiritualmente
es para nosotros de igual importancia. Vivimos en un mundo lleno de tentaciones
y distracciones que matan el alma. Diariamente estamos sujetos a anuncios que
tratan de persuadirnos para trivializar nuestras vidas – a amigos que demandan
la lealtad que le debemos solo a Jesús – a entretenimientos que le dan glamour
al alcohol, sexo ilícito, y a una multitud de tentaciones. Incluso los
entrenadores, que en algún tiempo enfatizaron valores espirituales, ahora ponen
entrenamientos los domingos en la mañana, requiriendo que los jóvenes escojan
entre la fe y el deporte. La lista de tentaciones es infinita. Cuando
sucumbimos a esas tentaciones, nosotros (y nuestras familias y amigos) sufrimos
las consecuencias de nuestro pecado. Jesús nos advierte “Mirad, velad”. ¡Ese es
un buen consejo!
c) “… porque no sabéis cuándo será
el tiempo (griego = kairos)” (v. 33). El idioma griego tiene otra palabra para
tiempo, chronos, que tiene que ver con el tiempo cronológico, el tiempo que se
puede medir, y todo eso. Kairos es un concepto muy diferente –el de un tiempo
crucial o un momento decisivo – un punto central en la historia de la vida de
una persona. Una cosa es llegar unos minutos tarde en el tiempo chronos, y otra
muy diferente llegar tarde en el tiempo kairos. Llegar tarde en tiempo chronos
puede requerir rehacer un poco el calendario propio. Llegar tarde en tiempo
kairos es perder el barco. ¡Tal vez nunca halla otro barco!
d) Como lo vimos antes, los
versículos 34-36 constituyen una mini-parábola sobre el señor que se va de
viaje y le encarga a su portero que se mantenga alerta. “Noten el poder de ‘es
como’. Es como el hombre que yéndose lejos (aunque Dios no se ha ido lejos). Es
como si dejara a su siervo a cargo (aunque realmente no estamos a cargo). Pero
somos responsables… Somos mayordomos… La esperanza apocalíptica debe
inspirarnos a trabajar y declarar que la gloria de Cristo es la esperanza del
mundo, y que el deber de los creyentes es vivir esa esperanza, bien despiertos”
(Bartlett).
e) “…porque no sabéis cuándo el
señor de la casa vendrá; si á la tarde, ó á la media noche, ó al canto del
gallo, ó á la mañana” (v. 35). Estas son las cuatro vigilias de la noche
romana: vigilia de la noche (6:00-9:00 p.m.); vigilia de la medianoche
(9:00-medianoche); vigilia del canto del gallo (medianoche—3:00 a.m.); y
vigilia del amanecer (3:00-6:00 a.m.). Noten que todas son vigilias de la
noche. Esperamos que el señor regrese durante el día, cuando viajar es más
fácil, ¡pero uno nunca sabe!
f) Grant interpreta las vigilias
de la noche con un posible significado de que la iglesia seguirá sufriendo
persecución cuando el Hijo del Hombre regrese (Grant, 865). Sin embargo, la
noche también es el tiempo en que menos estamos alerta, así que el mensaje
puede ser que necesitamos estar completamente preparados incluso en nuestros
momentos en que estamos menos listos. Es un serio llamado a un serio
discipulado.
g) ¿Nos está llamando Cristo a no
dormir nunca? ¡Difícilmente! Nuestros cuerpos requieren sueño, porque así es
como Dios nos creó. Velar en este evangelio significa servir a Dios fielmente
día tras día. Podemos esperar todo tipo de distracciones: tentación,
dificultades, aburrimiento, persecución. Nuestra tarea no es permitirnos estar
distraídos. Nuestra tarea es permanecer fielmente sobre la roca.
h) “Marcos estructura su narración
de la pasión alrededor de estas cuatro vigilias” (Geddert). –– “Y llegada la tarde” (14:17), Jesús y sus
discípulos se reunieron en el aposento alto. –– La medianoche es la única vigilia que no
se menciona específicamente en la narración de la pasión, pero el Getsemaní
está localizado ente el aposento alto (noche) y la negación de Pedro (canto del
gallo), así que se implica la medianoche. –– Pedro niega a Jesús al canto del gallo
(14:72). –– “Y luego por la mañana”
(15:1), el sumo sacerdote y los escribas entregaron a Jesús a Pilatos.
i)
Jesús manda a los discípulos a “velar” (v. 33), para que el señor “no os
halle durmiendo” (v. 36).
j)
¡Velar! La palabra clave (griego = gregorien) en la subunidad (13:34, 35,
37) también es una palabra clave en la perícopa del Getsemaní (ver 14:34, 37,
38)” (Donahue y Harrington, 378). En el Getsemaní, Jesús reprenderá a sus
discípulos cinco veces por fallar en velar (14:34, 37, 38, 40, 41).
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