lunes, 16 de julio de 2012

Mision de los Doce- Sermon predicado el Domingo 15 de Julio 2012- Iglesia Presbiteriana Jesus El Buen Pastor.- Palestina- Quetzaltenango.


“MISION  DE   LOS  DOCE”

Introducción.

     La  misión    de  los   doce   en  este  contexto  no  es  lo  mismo  que   el  envió   a  la  Gran  Comisión   de  Mateo  28:  19. La  Gran Comisión   enfatiza   el encargo  de haced  discípulos   a  todas  las  naciones.  En  ese  contexto  de  Mateo  debemos  ser  maestros y  tener  seguidores   que  quieran  imitar  lo  que  nosotros  hacemos. La   función  es  mas didaskelo  (docentica- enseñanza)  y  kerigmatica (anunciar- proclamar).  Nuestra  función en la Gran  Comisión  es  más  de  enseñanza  y  anuncio.  Pero  en  la  Misión  de  los  doce  es  Terapéutica (Sanar). Potestad   o  autoridad  sobre  los  demonios  y sus  fortalezas (enfrentar  a  las  fuerzas  del  mal).

VERSÍCULOS 6b-7: Y LLAMÓ Á LOS DOCE

Y rodeaba las aldeas de alrededor, enseñando. 7 Y llamó á los doce, y comenzó á enviarlos de dos en dos: y les dio potestad sobre los espíritus inmundos.

    “Y rodeaba las aldeas de alrededor, enseñando” (v. 6b). Acepta el rechazo y deja atrás a los que le han rechazado, y continúa su ministerio en otro lugar – esto es un buen modelo para la iglesia de hoy.

     “Y llamó á los doce” (v. 7a). “Marcos no menciona la existencia de un grupo más grande de mathetai (discípulos) parecido al de los 70 (72) misioneros en Lucas 10:1” (France, 247). Marcos se refiere a estos doce como “apóstoles” cuando regresan a contarle a Jesús de su misión en 6:30 – ésta es la única vez que Marcos utiliza la palabra “apóstoles” en este Evangelio.

     “Y comenzó á enviarlos (apostellein) de dos en dos” (v. 7). La palabra “apóstol” viene de la palabra apostellein, que significa “mandó.”

En Mateo 10:1-42 y Lucas 9:1-6 hay relatos paralelos – también, el relato de la comisión de los setenta en Lucas 10:1-16. Estos relatos varían poco, lo cual es de esperar de historias con orígenes en la tradición oral.

Jesús manda los doce de dos en dos. Esta estrategia es poderosa por tres razones:

- 1.  Un compañero da fuerza – “Porque si cayeren, el uno levantará á su compañero: mas ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante” (Eclesiásticos 4:10). No solo se protegen uno al otro del peligro físico, sino que también se proporcionan compañía agradable y se alientan uno al otro en circunstancias difíciles.

- 2. La existencia de una segunda persona se presta a la credibilidad. Deuteronomio 15:19 requiere dos o tres testigos para poder culpar a una persona de un crimen, porque un solo testigo es más apto a hacer un error. Por la misma razón, un testigo tiene menos credibilidad que dos – esto es importante al momento de mandar a los discípulos a dar testimonio. Jesús les podría haber mandado en grupos de tres, pero generalmente dos personas son más efectivas que tres. En un grupo de tres, dos de ellas a menudo formarán una relación sin aceptar por completo a la tercera.

- 3. Un compañero engendra responsabilidad. Es menos probable que una persona caiga en tentación cuando va acompañada.

      “Y les dio potestad sobre los espíritus inmundos” (v. 7). Marcos no menciona la enseñanza, que ha sido un componente importante del ministerio de Jesús. El énfasis para los discípulos en este viaje en particular es predicar (v. 12), expulsar demonios, y sanar a los enfermos (v. 13).

VERSÍCULOS 8-11: Y LES MANDÓ QUE NO LLEVASEN NADA PARA EL CAMINO

8 Y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente báculo; no alforja, ni pan, ni dinero (griego: chalkon – la moneda de cobre más pequeña) en la bolsa; 9 Mas que calzasen sandalias, y no vistiesen dos túnicas. 10 Y les decía: Donde quiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de allí. 11  Y todos aquellos que no os recibieren ni os oyeren, saliendo de allí, sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, en testimonio (griego: marturion – testimonio, testigo – de aquí viene nuestra palabra ‘mártir’) á ellos.

   “Y les mandó que no llevasen nada para el camino” (v. 8). Jesús les dice a los doce que no lleven nada más que un báculo y unas sandalias – ni pan, ni alforja, ni dinero, solo una túnica. Jesús no solo prohíbe cosas frívolas, sino también cosas esenciales. Sus requisitos van más allá de la simplicidad hasta llegar a una fe desbordada. Los discípulos han de proceder sin la preparación adecuada, confiando que la gente les muestre hospitalidad y, más que nada, confiando que Dios proveerá por sus necesidades.

Jesús no es ningún ascético – personas le han llamado borracho y glotón (Mateo 11:19; Lucas 7:34) – y no requiere que sus discípulos tampoco lo sean. Sin embargo, sí requiere fe, y empezar una travesía sin provisiones es un profundo acto de fe.

Hay varios paralelos con el Éxodo:

- 1.  Las instrucciones de Jesús a los doce son muy parecidas a las de Dios acerca de la oveja de la Pascua: “Y así habéis de comerlo: ceñidos vuestros lomos, vuestros zapatos en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano” (Éxodo 12:11).

- 2. Que los doce no lleven pan es una instrucción similar a la que dio Dios a los israelitas acerca del maná. Debían confiar que Dios les proveería el maná diario, cogiendo solo un gomer de maná por persona cada día, sin guardar nada de ello para mañana (Éxodo 16:16-19).

-  3.  Que no lleven dinero se parece a los problemas que experimentaron los israelitas al robar oro de los egipcios para los preparativos de su viaje (Éxodo 3:22). Aunque el oro servía de adorno para el Tabernáculo, causó su caída al persuadir a Aarón que hiciera una vaquilla dorada (Éxodo 32).

     “Lo más probable es que Marcos esté implicando que la misión de los discípulos es una participación en el nuevo éxodo inaugurado por Jesús... Los Doce no necesitarán las cosas normales para un viaje, porque estarán entrando en esta obra divina de liberación escatológica, y el Dios del éxodo y de Jesucristo les mantendrá por el camino” (Marcus, 389-390).

    “Donde quiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de allí” (v. 10). Esta orden tiene dos propósitos: Primero, evita que haya malos sentimientos entre dueños que puedan avergonzarse si los discípulos se van de su casa en busca de mejor alojamiento. Segundo, evita que los discípulos se dejen distraer por su comodidad física.

¿Hasta que punto se pueden aplicar estas prohibiciones a los discípulos de hoy?

¿Requiere Cristo de nosotros esta misma libertad de posesiones?

- Por un lado podemos decir que no. Jesús da estas direcciones a discípulos involucrados en un ministerio particular de corto plazo. También, su ambiente es bastante diferente – hospitalidad judía mandaba que aldeanos recibieran y proveyeran por los que viajan. “Cuando un forastero entraba en la aldea, no era su deber buscarle hospitalidad; era la obligación de la aldea ofrecérsela” (Barclay, 144). Hoy día no existe ninguna obligación parecida en la mayoría de lugares, por lo tanto, debemos estar preparados para proveernos nuestras propias necesidades mientras viajamos.

- Por el otro lado podemos decir que sí. Las instrucciones de Jesús requerían que los discípulos se fijaran en su misión en vez de su comodidad personal. Jesús les llamó para cumplir un gran propósito, y no debían distraerse con cosas tan triviales. Esto traspasa el tiempo. “En este sentido, los de la iglesia americana del siglo XX necesitamos arrepentirnos primero para después poder proclamar el arrepentimiento a los demás de una manera efectiva.

- El ejemplo de la iglesia del Nuevo Testamento es útil aquí. Brooks anota que no hay indicación de que Pablo observara las mismas restricciones que Jesús les dio a los doce. “De todos modos existen unos principios básicos en una misión que son relevantes en cualquier edad, como simplicidad de vida y estar contento con las provisiones. Muchos misioneros modernos, en toda su afluencia, se han olvidado de estas cosas” (Brooks, 102).

Esta tensión nunca se resuelve fácilmente. ¿Se mejora el ministerio porque el pastor tiene un coche – y un ordenador – y una biblioteca profesional? ¡Seguramente sí! ¿Se mejora el ministerio con una congregación que goza de un bonito edificio para su iglesia? ¡Seguramente! ¿Se convierten a veces estas cosas en metas por si, distrayéndonos de nuestra misión? ¡Claro que sí! ¿Cómo podemos dirigir el ministerio de la iglesia sin presupuestos o contratos de compensación pastoral para distraernos?

¡Por medio de la oración y la vigilia constante!

“Sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, en testimonio á ellos” (v. 11). Judíos que regresaban de territorios paganos se sacudían el polvo pagano como gesto de limpieza y desprecio. Cuando los discípulos se sacuden el polvo de una aldea poco receptiva, declaran que esa aldea es pagana – y anuncian la sentencia de Dios sobre esa aldea – lavándose las manos de cualquier otra responsabilidad relacionada con esa aldea (Guelich, 322-323). El gesto sirve de aviso a los aldeanos que ofenden y libera a los discípulos para poder moverse hacia tierras más fértiles. Su responsabilidad es la fiel proclamación – no el éxito.



VERSÍCULOS 12-13: Y ECHABAN FUERA MUCHOS DEMONIOS.

12 Y saliendo, predicaban que los hombres se arrepintiesen. 13Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite á muchos enfermos, y sanaban.

   Los discípulos van a donde les mande Cristo y hacen lo que Cristo les mande hacer. No son grandes hombres, pero sí cumplen grandes cosas en nombre de Cristo. Como Juan Bautista (1:4) y Jesús (1:15), ellos predican el arrepentimiento (v. 12). Como Jesús, echan fuera demonios (1:25-26, 34, 39, 5:1-13). Como Jesús, curan a los enfermos pero, no como Jesús, ungen con aceite. Al escribir este Evangelio, ungir con aceite es un ministerio regular de la iglesia. Santiago pide ungir a los enfermos, pero dice que es la fiel oración la que les salva (Santiago 5:14-15).



VERSÍCULO 30: LOS APÓSTOLES LE CONTARON A JESÚS.

30Y los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado.

Éste es un relato bastante simple de lo que los discípulos le cuentan a Jesús, y no da ninguna explicación de sus dificultades ni sus logros. Cierra la historia de la misión de los discípulos. También sirve para cerrar un paréntesis (las instrucciones que Jesús da a los discípulos para su misión abren el paréntesis) de la historia de la muerte de Juan Bautista. La historia de la muerte de Juan es, por lo tanto, una historia situada dentro de la historia de esta misión.

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BIBLIOGRAFÍA:

Barclay, William, Gospel of Mark (Edinburgh: The Saint Andrew Press, 1954)

Brooks, James A, The New American Commentary: Mark (Nashville: Broadman Press, 1991)

Brueggemann, Walter; Cousar, Charles B.; Gaventa, Beverly R.; and Newsome, James D., Texts for Preaching: A Lectionary Commentary Based on the NRSV -- Year B (Louisville: Westminster John Knox Press, 1993).

Craddock, Fred B.; Hayes, John H.; Holladay, Carl R.; Tucker, Gene M., Preaching Through the Christian Year, B (Valley Forge: Trinity Press International, 1993)

Edwards, James R., The Gospel According to Mark (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 2002)

France, R.T., The New International Greek Testament Commentary: The Gospel of Mark (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 2002)

Geddert, Timothy J., Believers Church Bible Commentary: Mark (Scottdale, PA: Herald Press, 2001)

Grant, Frederick C. and Luccock, Halford E., The Interpreter's Bible, Vol. 7 (Nashville: Abingdon, 1951)

Guelich, Robert A., Word Biblical Commentary: Mark 1 - 8:26 (Dallas: Word Books, 1989)

Hare, Douglas R. A., Westminster Bible Companion: Mark (Louisville: Westminster John Knox Press, 1996)




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